Carreras en Vivo

domingo, 16 de marzo de 2008

Bouclette Glory, con calidad y esfuerzo



Se impuso casi de punta a punta y se afirmó como la número uno entre las potrancas nacidas en 2005



Ganar y convencer. Cruzar el disco en una de las carreras más importantes y dejar una imagen impecable. De eso se trata cuando un ejemplar pasa la barrera de los buenos y alcanza la excelencia competitiva. Allí está Bouclette Glory para hacer de su victoria en el Gran Premio Saturnino J. Unzué (G 1-1200 m) un derroche de clase sin espectacularidad. De eficacia con lucimiento.
Con las ropas de favorita, no se escondió en el desarrollo la hija de Honour and Glory. Quizá se podía esperar algo de especulación en su forma de encarar el gran premio, si se tiene en cuenta que en la recta del Casares se impuso tras venir de menor a mayor. Edwin Talaverano la puso enseguida a la par de Liriope en la punta y en el codo ya estaba al frente.
Dijo el jockey: "La dejé correr adelante porque la largada 1 obligaba a un desarrollo diferente de la carrera anterior, cuando se hizo un trámite más ligero y podía esperarla". Sonrisar se acercó en la curva, pero Bouclette Glory seguía a buen ritmo, al punto de pasar los 800 metros en 45s15/100.
Talaverano tenía que emplear la fusta, con todo, porque por el medio de la pista empezó su atropellada Savoir Bien. "Hoy la exigí desde los 200 y contuvo bien a la de Santa María de Araras. No le pedí más de lo necesario porque en la semana había estado con algunos problemas de musculatura y no sabíamos si iba a poder correr. Fue una linda alegría después del susto que me di una hora antes [Vedette s Gulch lo tiró en los preparativos de la partida de la séptima prueba y la retiraron]", continuó el peruano, que aprovechó para contar que desde la semana pasada tiene a Jorge Valdivieso (h.) como agente. "Me ayuda con las montas y mi organización, y ya ganamos siete. ¿Formamos buen equipo, no?", redondeó Edwin, sonriendo.
Un cuerpo sacó en el final la defensora de Firmamento. Un éxito conseguido con calidad y esfuerzo. Acaso por eso despertó este comentario de Juan Carlos Bagó, su dueño y criador: "Este triunfo me provocó más satisfacción que alegría. Ahora espero relajarme y disfrutarlo. Aunque no le pasó nada, Edwin se había caído y la yegua largaba al lado de los palos, algo que obligaba a buscar la carrera desde temprano. El jockey supo administrar sus fuerzas".
Savoir Bien obtuvo un segundo puesto por el que puede reclamar desquite. Explicó Rodrigo Blanco, que la dirigió: "No arrancaba y cuando lo hizo descontó y llegó con fuerza. No la conocía, pero la impresión que me dejó es buena, especialmente para más distancia". Se lo notaba algo molesto a Blanco; pudo haber ganado y la potranca no lo ayudó mucho.
Sonrisar se mantuvo en ritmo para llegar tercera, a dos largos y medio. Opinó Jacinto Herrera, su jinete: "Estaba más tranquila que en el Casares. Ahora vino más encima en el desarrollo y llegó más cerca de la misma ganadora. Cuando me arrimé a la puntera me ilusioné, pero la otra arrancó un poco y la mía conservó el paso. Le tengo fe en mayor tiro".
Pablo Falero estaba desilusionado con la carrera de Liriope. "Largó bárbaro y venía con la que ganó, pero en los 1000 hay una huella y se plantó de golpe. Luego me hizo lo mismo por los 700 y ya no rindió. Estuvo algo nerviosa y un poco extrañaba", relató.



Fuente : La Nación.

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